sábado, 30 de agosto de 2014

Y te ahogas, tanto entre tus lágrimas como en un mísero vasito de agua. No encuentras la escapatoria, el soplo de aire fresco por donde poder seguir. Se te va yendo todo poco a poco cada vez más al fondo de este infierno del que quizás nunca puedas salir. Piensas en apoyarte en alguien y lo haces, pero una persona no puede aguantar todo el peso de tu espalda. Tampoco quiero que caiga conmigo por intentar ayudarme.

Vaya vida de mierda, un problema tras otro, un quebradero de cabeza por minuto, y aún mantengo esperanzas de salir de esto. Estoy metida hasta el fondo, como en una adicción a la cocaína, como si no pudiera dejar el hachís. Si no fuera por ti, que sería de mi. Te conviertes en el punto de apoyo que no quiero que me falte, en las ruedas de una maleta de 50 kilos, en el motor de un coche en plena carrera.

A veces te replanteas que sitio tienes en el mundo, para que vale tu presencia o por qué tienes que seguir viviendo mil infiernos por cada dos paraísos, valdrán demasiado la pena esos dos paraísos para quedarse. Luego acaba apareciendo alguien que te hace sentirte mejor estando en su compañía, pero a la vez te hace ver lo mal que van las cosas cuando no está. Entonces, en ese momento, entra mi pensamiento a preguntar: "¿Y si te enamoras de esa persona? Por que sabes vivir sin que esté, lo llevas haciendo toda la vida, pero ahora que ha llegado el mundo a su lado parece menos malo", justo en ese momento te sientes la persona mas incomprendida que nadie pueda encontrarse, con la cabeza hecha trizas y el corazón saltando en busca de su aire fresco. Qué elegir; cabeza o corazón, la gran incógnita de la vida, seguir como siempre o cambiar algo. En realidad es una paradoja, solo tienes que elegir si quieres tropezar con la misma piedra o con otra diferente.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Perder, ganar o quedarnos así, las paradojas de la vida. Y pensar que todo era un pasatiempo, o que lo sigue siendo, ¡qué misterio nos envuelve!, ¿quiénes somos?, ¿quiénes queremos ser?.
Tú, yo, ellos, nosotros, ni si quiera lo sabemos, bueno, corrijo, si se sabe, pero parece gustarnos esta vida de nada.
Encuentros cuando queremos, donde queremos, sin explicaciones, sin excusas, sin horas, sin sentimientos, siendo libres. Quizás eso es la parte que atrae de todo esto.
No sabemos si nos metemos en la boca del lobo o estamos entrando en el paraíso, pero sea lo que sea que dure mucho este camino, es una felicidad pasajera que no debería acabar.

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