domingo, 27 de abril de 2014

Cómo ser, o no ser, a tu lado.
Dando todo o dando nada. Como si fuera tan fácil. Como si de una tontería se tratara. Que ridículo pensamiento, sin pies ni cabeza. Como imaginarías que iba a hablar en serio, era una inmensa absurdez, ni yo podía ni tú querías.
Siempre presente, ni un instante salía de tu cabeza, pero ella, yo, la verdad, ni pasaba. Ella, tu amiga, tu amante, tu mujer, mi hermana. Y yo, tan sola, tan sin ti, tan imbécil, tan hipócrita.
Luego estaba él, sí, él. Mi buen amigo, al que yo tanto daño hice, él, que siempre estaba, tu enemigo, tu amigo, y nada.
Tenía que dejarlo todo, no hacía nada más que meter la pata. Triste gozo tenía él, mi amigo, cuando me dí cuenta que de mi enamorado estaba. Vaya golpe tan bajo. Vaya dolor tan frío. Vaya lástima la mía que en realidad de ti estaba enamorada.
No lo aguantaba, ni miraba, pero estabas tan cerca, allí, justo al lado de mi cama. Pensé que no podría, creía que en cuanto ella se fuera me echaría a tus brazos. Triste pensamiento. Mala pata, que así lo hice. Pero ella entró, y, luego él llegó preguntando por ti y, todos se juntaron allí, donde yo estaba encima tuya y te besaba, y me seguías y.. ¡maldita yo!. Me llevó la pasión, pero, esa misma pasión te llevó conmigo.
Ese fue nuestro principio y nuestro final, por ahora al menos.
Ella te dejó, y, contigo, a mi, tu novia, tu amante, mi hermana. Él rompió vuestra amistad, pero no su lucha por mi.
Volvía a necesitar tus labios en mi boca, era hora de verte, o, al menos, de intentarlo. Te busqué, con la suerte de encontrarte, pero no quisiste saber nada de mi. Que idiota, no iba a dejarte hasta que me hicieras tuya.
Confesé a ella lo enamorada que estaba de ti, y el no haberme podido resistir a besarte, lo que entendió soltando un orgásmico "Sí, te entiendo". Me confundía, eras para mi o para quien serías.
Sábado por la noche y son las cuatro de la mañana, que queréis, pero yo necesito su cuerpo. Abrigo de piel y medias rotas al llegar a la puerta de su casa, vaya estampa para recibir a la que hoy estará en su cama, pero, que más da.
Soberbio preguntas que hago allí al entrar, esa seriedad me pone aun más cachonda, sin querer suelto algo como un "a la cama YA". Vaya, ¿no era lo de hombres entrar a saco?, que más da, me quedo con esa sonrisa que se te escapa al escucharme decir esa barbaridad. Sé que no lo resistes, que no puedes aguantar más sin besarme, deja de pensar, lánzate ya.
Creo que llega el momento, no hemos podido más, tu casa arde, nosotros somos fuego ahora mismo. Te tengo desnudo frente a mi, debo estar cumpliendo el sueño de toda mujer en su vida.
¡Eres precioso! Imaginaba que serías algo así, pero, no hay perfección más absoluta que la que ocurre al mirarte. Tu sonrisa, tus ojos, tus labios, tu cuerpo.. ¡me estoy volviendo loca!

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