Donde crees que nadie te lee, nadie te juzga ni te dirá que está mal, ese lugar donde eres tu propia norma y no te importa que pensarán los demás, ahí, escribes.
Escribes lo que piensas o lo que sientes, no importa, es desahogarte. Seguro que a nadie le importa como estás, pero tú sientes esa tranquilidad de pensar que has soltado todo lo que te rondaba en la cabeza sin molestar a nadie.
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