Yo soñaba, como cada niña, ser una bella princesa, casarse con un príncipe azul y, comer perdices y felices. Lástima que el tiempo me abrió los ojos.
No soy más que una chica normal, que no es malo, pero no sé, tantos cuentos, tantos finales felices ¿para qué? cuándo creces ves que la realidad es muy diferente, el mundo te parece un asco por que nada es de cuento.
No existen príncipes azules ni princesas rosas. Brujas sí, de esas hay muchas. Tampoco las hadas madrinas que te cuidan y se encargan de que tu felicidad sea posible. Ni un padre que te puede dar todo lo que le pides.
Crecemos pensando que de mayores seremos modelos, ricas y perfectas.
Claro, que sí existe eso de "perfecta", pero no en gusto colectivo, sino individual.
Tantos años queriendo crecer que cuando creces quieres volver a la infancia.
Tantos años esperando tener una vida perfecta para desengañarte y darte cuenta de que el mundo no es perfecto.
viernes, 25 de octubre de 2013
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