viernes, 26 de diciembre de 2014
martes, 2 de diciembre de 2014
Hoy quiero hablaros de las cosas imposibles, esas cosas que, en la mayoría de los casos, no hacemos por que creemos que no vamos a conseguirlo. No voy a hablar sobre una hipótesis de un caso que podría ser posible, sino sobre una historia real.
Una niña, 17 años, se fija en un hombre, 27 años, es una relación prácticamente imposible. No sólo se trata de la diferencia de edad existente entre ambos, también es las edades entre esos 10 años, de una niña a un hombre. Para ella luchar por él sería algo que no valdría la pena, pues un hombre jamás se fijaría en una niñita, pero eso no evita que la muchacha tenga su esperanza de conseguirle. Así que, aún que sabe que es más posible que acabe entristecida por no llegar a ganarle, lo intenta luchando por él poco a poco, palabra a palabra, mirada a mirada y sonrisa a sonrisa. Cada día está más esperanzada y tiene la sensación de estar haciendo las cosas bien, pues ve algo en él que hace que piense que el objetivo está más cerca. Sus vidas son completamente diferentes, pero cuando se quiere algo solo hay que luchar por ello. Poco a poco ella le va ganando, conquistando, aun que él se quiere negar por las circunstancias. Finalmente, el cariño que surge entre ambos, la amistad y la confianza hace que acaben locos el uno por el otro, y que aquello que era imposible, gracias a la lucha por conseguirlo, ahora sea la realidad de esa persona.
jueves, 23 de octubre de 2014
Ni lo pensaba, lo que hacía era un acto tan subconsciente como muchos otros. Cuando creía que estaba dormida, por las calles andaba, fuera seis de enero a las seis de la mañana. Siempre me paraba en la misma puerta, de la misma casa, a aquella hora de la mañana; aun que no le encontréis un significado, realmente lo tenía.
Desde un 18 de Noviembre, en el que todo me cambió, esa era mi rutina. A veces, cuando llegaba a casa, estaba completamente congelada, los diez grados bajo cero en las noches de invierno helaban hasta el más profundo de mis huesos. Enfermé de tal manera que pensé que me quedaría en la cama, pero mi sufrimiento no venía por la muerte próxima que me veían, sino por la falta de tu sombra recostada en mi cama. Eso sí que me apenaba. Mi familia, la que se preocupaba, pensaban que allí me quedaría acostada, casi lloraban mi falta sin que esta llegará. Al límite, mi cuerpo no aguantaba y mi cabeza hacía tiempo que estaba agotada, pensaba irme, sin despedirme, dejando como últimos recuerdos aquellas imágenes que mi familia lloraba. Convencida estaba y nada me frenaba.
Tocaban la puerta, todos se preguntaban quién sería en tales circunstancias que se daban. Sin saber cómo, el invitado entró a mi cama y tan de pronto, que solo recuerdo que lloraba.
Lloraba como si un mar se desbordará, dejaba las sábanas de mi cama de sus lágrimas impregnadas, y el aroma de su cuerpo a alguien me recordaba. ¿Cómo iba a dejarme ir ahora que algo interesante pasaba?. Mi madre le abrazaba y yo, aun atontada, me preguntaba quién era este misterioso y espontáneo invitado que se había colocado en mi cama. Susurró mi nombre, diciéndome a voces que aguantará, que no podía perder a su enamorada. Solo esperaba esas palabras de la boca de una persona, pero esta había muerto en el incendio de aquella casa, aun que sin prueba alguna de que este fallecimiento fuera confirmado pues nunca se encontró su cuerpo.
Aun que pensaba quién me llamaría por "su enamorada" su voz sólo a mi marido me recordaba. Si al menos me abrazara, si a mi boca se acercara, sabría decir que era él la persona tan amada.
Ya no era yo, mi cuerpo me arrastraba, no aguantaba, yo luchaba en contra evitando que me llevará. Fue entonces su juego de palabras, ese que me soltó cuando me dijo que con él me casara: "Si contigo no es, con nadie más quiero, que ni es como tú, ni me llevan al cielo", imposible, o alguien nos investigaba o el amor de mi vida a mi lado de nuevo estaba. La razón por la que enfermé la tenía junto a mi, la razón por la que cada noche me presentaba en aquella casa quemada estaba a mi lado, ya no era razón para marchar, era razón para quedarme. Era una razón tardía, demás había esperado para irme y, ahora que lo hacía, volvía.
Por un momento pensé que la fantasía me llevaba y por eso con él estaba, que ya me había ido y que en su cielo me encontraba. Ahora parecía tener dos caminos: dejarme ir o volver, sin asegurarme que pasaría si volviera.
Algo me aseguraba que la fuerza en volver estaba, y como toda mujer, por su corazón guiada, abrí los ojos y me encontré tumbada, con sus lágrimas impregnadas aún en las sábanas de mi cama. Tomada la decisión estaba y no sólo eso, que acertada también era. Tan acertada como que él estaba al lado de mi cama y me lloraba tanto como yo le había llorado a él.
viernes, 5 de septiembre de 2014
La estoy pasando ahora mismo. Eso de leer cartas con promesas o simplemente de mirar quiénes estaban hace años y prometían quedarse, y ahora, ahora hay tanta soledad, me falta tanta gente.
¿Nunca habéis encontrado fotos o un diario que os hace recordar lo injusta que es la vida?
Pues así estoy, dándome cuenta de todo aquello que pudo ser y no es, de aquello que en su día parecía una tontería y ahora duele más que nunca.
¿Alguna vez os preguntáis como sería vuestro futuro y hacíais planes de él?
Yo, como todos, también. Planes rotos, hechos trizas, que cuando pasa un tiempo te da por recordar y creer de nuevo en ellos. Esto solo crea falsas esperanzas.
Estoy siendo tan pesimista.. pero es que nunca he visto a la vida sonreírme de verdad y se supone que este es el momento para que lo haga. Ya, no será así, no importa, seguiré planeando futuros que acabaran en la basura.
martes, 2 de septiembre de 2014
Han sido 5 años de llantos y lo siguen siendo. Tengo fotos tuyas por todos lados, así intento siempre verte, pero nada se compara a cuando estabas aquí. Ojalá estuvieras, las cosas se nos han ido de las manos desde entonces, todo ha ido a peor, habría que pensar a cual de todos se ha comportado de forma mas egoísta. Lo hemos roto todo, y cada día va a peor, me cuesta mirar a la cara a personas que debería estar encantada de ver. Estoy tan desilusionada, tan decepcionada.. he pasado de ver a personas que eran mi ejemplo a seguir a pensar que quisiera ser de cualquier forma menos como ellos; me he hecho a mi misma, quizás un poco fría a la hora de la verdad, pero después de tantas decepciones... No sabes cuanto daría por que volvieras e hicieras que abrieran los ojos, que se comportarán como las personas que eran, aunque puede que esté equivocada y quienes son ahora son las personas de verdad y no la inocencia que yo veía.
Han cambiado demasiado las cosas, se han roto demasiados lazos, se ha hecho demasiado daño.
sábado, 30 de agosto de 2014
miércoles, 20 de agosto de 2014
Tú, yo, ellos, nosotros, ni si quiera lo sabemos, bueno, corrijo, si se sabe, pero parece gustarnos esta vida de nada.
Encuentros cuando queremos, donde queremos, sin explicaciones, sin excusas, sin horas, sin sentimientos, siendo libres. Quizás eso es la parte que atrae de todo esto.
No sabemos si nos metemos en la boca del lobo o estamos entrando en el paraíso, pero sea lo que sea que dure mucho este camino, es una felicidad pasajera que no debería acabar.
miércoles, 30 de julio de 2014
Perderme, perdernos, eso vas a hacer.
Decisiones en la vida de las que luego podemos arrepentirnos, así te sentirás.
¿Pero sabes cuándo te vas a dar cuenta realmente de lo qué querías conmigo? Cuando sientas esa sensación de querer verme, de abrazarme, de tenerme cerca de nuevo.. justo en ese momento en el que yo no este, vamos, lo que se denomina "echar de menos". Qué putada, hablando mal y pronto.
Sí, soy consciente de que esto es una locura, ¿pero hay algo mejor que volverse loco siendo feliz?.
Aun que claro, ya me supongo que para ti lo fácil es dejar todo pasar y seguir con tu vida, esa vida a la que he dado una dosis de alegría y color desde que llegue, y eso lo sabemos ambos. Al igual también sabemos que te voy ganando cada día un poco más, por mucho que no lo aceptes.
Lo malo de todo esto es que cabe la posibilidad de que sea producto de mi, es decir, que sea lo que me gustaría que fuera. Pero hay actos, sonrisas, miradas, preguntas.. que no pueden fingirse, ni siquiera evitarse. Justo eso es lo que yo veo para convencerme de que esto es verdad y no solo una ilusión.
Pero maldita ilusión, ya es capaz hasta de jugar con mis sonrisas.
jueves, 12 de junio de 2014
martes, 10 de junio de 2014
domingo, 8 de junio de 2014
¿Que pasa cuando se opone lo siempre soñado a la realidad?
Pasa que te jode la vida.
Imagina, tu siempre has soñado con un moreno de ojos verdes, pero aparte de ese sueño tienes una realidad, una realidad echa. Ese sueño aparece, se hace realidad, y tiene su sonrisa y sus ojos verdes delante de ti, y te pasa sus manos sobre tus hombros, es todo lo que siempre has querido. ¿Que haces? ¿Dejas tu realidad por estar concentrada en tu sueño? ¿Sigues con tu realidad con la cabeza puesta en tu sueño?
miércoles, 14 de mayo de 2014
Intentaron por todos los medios que aquello que tenían no acabará, que se soportaran eternamente, París fue testigo de la promesa de quererse.
Pero. Siempre hay un pero, pero lo que pasó, lo cuenta ella, desde su vista, desde su mente, con su corazón.
París era la ciudad del amor, la que me enseñó a amar, a amarle.
Él y yo, nosotros. Intentar reconciliarnos no fue la mejor idea, cada día iba a peor, y él seguía demostrando que me amaba hasta los huesos, aunque yo hiciera de todo para sacarle de sí.
Entonces me dijo que era cosa de dos, que confiaba en acabar bien, pero yo le contesté que podía confiar en él, en mi no; ¡sorpresa la mía!, respondió un dulce "confío en nosotros", pero eso tampoco me ablandaba; estaba en la ciudad del amor y no con la persona que en ese momento quería, y me fui, le dejé allí, solo, triste, sin mi.
De nuestro viaje de dos semanas había pasado una, por lo que llevábamos 7 días sin vernos, huyendo yo de él y él buscándome a mi. Siete días de pensamiento, de ilusión, de soledad, sin él. Me di cuenta de que le necesitaba, le quería, mi vida sin él dejaba de ser aquella odiosa rutina que cada día me encantaba más; aunque ya fuera tarde, yo tenía que buscarle, que encontrarle. París era tan grande, no estaba en el hotel, no me cogía el teléfono y a casa no había vuelto. Definitivamente era tarde, ya se olvidó de luchar por nosotros, idiota yo.
Sonó el teléfono, delante de la Torre Eifel, llorando como una magdalena, estaba yo "¿Sí, dígame?", contesté, "¿La señorita Leire?" me preguntaron, "Sí, ¿quién llama?"respondí aturdida, "Buenas tardes, somos del Hospital Francia, ¿es usted familiar de don Alejandro?", anonadada respondí que sí, aunque sin saber bien que era. Estaba tan asustada, no sabía cómo ni por qué tenían mi número y llamaban haciéndome tal pregunta. "Don Alejandro ha sufrido un accidente grave, viajaba en un coche y éste choco frontalmente contra una montaña. En el móvil encontramos un mensaje en el que ponía~Siempre serás tú, mi amor, mi vida, Leire~, y por eso nos pusimos en contacto con usted. Alejandro está grave en cuidados intensivos, sufrió heridas profundas y hemorragias múltiples". Me quedé en un estado de shok completo, inmovilizada, muerta de miedo.
Me dirigí al hospital corriendo, al llegar le encontré en una cama de la UCI, estaba tan mal.. Tenía tubos que le ayudaban a respirar junto con la máquina de oxígeno, y el centro de control cardíaco apenas marcaba el pulso. Me sentía como si me hubieran partido las piernas, como si me quitarán el corazón, sentía que le perdía, que se me iba, que moría.
Pasaron dos días, todo parecía ir a mejor, los médicos daban esperanzas sobre la evolución. Aquellas noticias llegaban como aire fresco a quien lleva atrapado en una caja siglos. Poco a poco él iba reaccionando: hablaba, oía e incluso andaba.
Llegó el momento de hablar sobre nosotros, le dije todo lo que había sentido, lo importante que era para mi y lo mucho que estaba enamorada de él. Le vi reír después de 2 meses sin hacerlo, fue mágico, en ese momento yo ya podría haber muerto feliz.
Volvimos a casa, todo había vuelto a la normalidad, aquello que había pasado era solo una anécdota más. Pero un mes después sufrió un infarto, los médicos no sabían lo que había sucedido hasta que les conté el accidente que sufrió en París, entonces encontraron las causa del infarto; las heridas eran internas, y aunque parecía que todo estaba bien, él estaba roto por dentro. Desde aquel día no pudo moverse de una cama, quedó totalmente paralizado, nunca nos dijeron cuanto podría durar esta parálisis, si volvería a estar bien o que pasaría. Hoy, 10 años después, él vive tranquilo, tranquilo ahí arriba, por que yo, aquí abajo, vivo sin esa pierna que me quitaron hace un mes cuando esa maldita parálisis acabó con su vida, dejándome a mi sin él, y a él conmigo, al contrario que en París.
domingo, 4 de mayo de 2014
Es normal que una se acabe sintiendo tan mierda cuando mira a su alrededor y ve tantas personas que se acercan a la perfección, que son como a ella le gustaría ser. Pero, no solo eso, por que cuando las cosas le van mal ella ya no se siente nadie, es tan insignificante hasta para ella misma que si no estuviera, nadie la echaría tan en falta como para buscarla.
Cuando ve esto, ella llora, se desahoga, o, se ahoga a sí misma.
Se acaba juntando todo, y todo la hunde, como una barco que deja de flotar, o un avión que deja de volar.
domingo, 27 de abril de 2014
Dando todo o dando nada. Como si fuera tan fácil. Como si de una tontería se tratara. Que ridículo pensamiento, sin pies ni cabeza. Como imaginarías que iba a hablar en serio, era una inmensa absurdez, ni yo podía ni tú querías.
Siempre presente, ni un instante salía de tu cabeza, pero ella, yo, la verdad, ni pasaba. Ella, tu amiga, tu amante, tu mujer, mi hermana. Y yo, tan sola, tan sin ti, tan imbécil, tan hipócrita.
Luego estaba él, sí, él. Mi buen amigo, al que yo tanto daño hice, él, que siempre estaba, tu enemigo, tu amigo, y nada.
Tenía que dejarlo todo, no hacía nada más que meter la pata. Triste gozo tenía él, mi amigo, cuando me dí cuenta que de mi enamorado estaba. Vaya golpe tan bajo. Vaya dolor tan frío. Vaya lástima la mía que en realidad de ti estaba enamorada.
No lo aguantaba, ni miraba, pero estabas tan cerca, allí, justo al lado de mi cama. Pensé que no podría, creía que en cuanto ella se fuera me echaría a tus brazos. Triste pensamiento. Mala pata, que así lo hice. Pero ella entró, y, luego él llegó preguntando por ti y, todos se juntaron allí, donde yo estaba encima tuya y te besaba, y me seguías y.. ¡maldita yo!. Me llevó la pasión, pero, esa misma pasión te llevó conmigo.
Ese fue nuestro principio y nuestro final, por ahora al menos.
Ella te dejó, y, contigo, a mi, tu novia, tu amante, mi hermana. Él rompió vuestra amistad, pero no su lucha por mi.
Volvía a necesitar tus labios en mi boca, era hora de verte, o, al menos, de intentarlo. Te busqué, con la suerte de encontrarte, pero no quisiste saber nada de mi. Que idiota, no iba a dejarte hasta que me hicieras tuya.
Confesé a ella lo enamorada que estaba de ti, y el no haberme podido resistir a besarte, lo que entendió soltando un orgásmico "Sí, te entiendo". Me confundía, eras para mi o para quien serías.
Sábado por la noche y son las cuatro de la mañana, que queréis, pero yo necesito su cuerpo. Abrigo de piel y medias rotas al llegar a la puerta de su casa, vaya estampa para recibir a la que hoy estará en su cama, pero, que más da.
Soberbio preguntas que hago allí al entrar, esa seriedad me pone aun más cachonda, sin querer suelto algo como un "a la cama YA". Vaya, ¿no era lo de hombres entrar a saco?, que más da, me quedo con esa sonrisa que se te escapa al escucharme decir esa barbaridad. Sé que no lo resistes, que no puedes aguantar más sin besarme, deja de pensar, lánzate ya.
Creo que llega el momento, no hemos podido más, tu casa arde, nosotros somos fuego ahora mismo. Te tengo desnudo frente a mi, debo estar cumpliendo el sueño de toda mujer en su vida.
¡Eres precioso! Imaginaba que serías algo así, pero, no hay perfección más absoluta que la que ocurre al mirarte. Tu sonrisa, tus ojos, tus labios, tu cuerpo.. ¡me estoy volviendo loca!
domingo, 20 de abril de 2014
Falta
martes, 1 de abril de 2014
Somos tan nosotros que no sé definirlo. Bueno, más bien el hecho de quererte es lo que no sé decidir.
A veces me da tan igual que pensarán que somos, por que, es mirarte, y que harás, que harás con esa mirada que se me olvida que existen un mundo fuera de esto.
Da miedo pensar no tenerte. Quién eres para meterte así en mi vida. Quién eres para tenerme en tan alto pedestal. Bah, me da igual.
En realidad todo puede ser o no como parece. Hasta me vuelve loca aquello que haces que me saque de mis casillas.
Te entiendo, sé que sientes lo mismo. O más. O menos.
lunes, 17 de febrero de 2014
Llega un momento en el que ya no sé que hacer; luchar por mis sueños solo hace que duela más ver que aun que haga todo lo que en mi mano este, esos sueños acaban rotos.
Siempre con un "ya vendrán tiempos mejores" en la boca, pero esos tiempos no llegan y se me desmonta todo. Pienso "bueno, en un futuro intentaré conseguir todo lo que ahora no estoy siendo capaz", pero el futuro no llega, cada ilusión destrozada son lágrimas de desaliento y no sé como sacarme adelante.
Aunque, en realidad, lo peor es ver que todos a tu alrededor cumplen tu sueños, mientras que para ellos solo son "cosas" o "experiencias". Me vengo abajo. Lo que viene a ser normal. Y que aun siendo sin querer te dicen "por que estoy preparando las cosas para irme a tal sitio" y yo me quedo con esa cara de "sí, bueno, me alegro, disfrútalo mientras yo me quedo aquí muerta del asco". Y así una y otra y otra vez.
Malditas esperanzas e ilusiones que me hacen sonreír por algo que mas tarde me hará llorar.